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Aunque mucho se hable de Praga, nunca es suficiente, y ahora veremos por qué no ha sido publicado todo lo que podría interesarnos conocer.

Adrspach – Rocas de Teplice: Situado en el noreste de Bohemia, y a 100 millas de Praga, hay un Parque Nacional compuesto de piedra arenisca que con el paso del tiempo, ha ido formando fantásticas formaciones rocosas. Hay caminos que tienen su propio nombre, como el de Caterpillar, Hacha Carnicero, el Perro y el Jabalí, o la Esfinge y el Golem. Hay unas escaleras que llevan a las ruinas de Strmen Castle.

Las pinturas épicas de Alfons Mucha: Hay 20 lienzos grandes de estilo art nouveu, que son de autoría del pintor checo Alfons Mucha, expuestos en el Palacio Veletržní. Estos lienzos forman parte de la galería nacional y son monumentales.

Art Deco Imperial Hotel, Bar y Café: Aunque es sumamente elegante, nadie se pone a hostigar si se aparecen con ropa en mal estado debido a la extensa jornada de trabajo. Tal vez es parte de la elegancia de los mismos meseros, no poner en aprietos a los visitantes, por mal vestidos que lleguen.

En la planta baja hay café-bar decorado con mosaicos de estilo Art Nouveau. Allí es ideal para beber un cóctel y acariciar con la mirada, el esplendor del entorno.

Jardines de cerveza: En Praga hay un exceso de cervecerías al aire libre, especialmente en los parques que rodean la ciudad, donde se pueden ver pequeñas chozas vendiendo cerveza para el público. Una de las más románticas está en el Parque Letenské, por sus buenas vistas de la ciudad. Casi siempre hay alguien tocando la guitarra por esos lados. Dentro de un palacio de estilo renacentista, hay un palacio impresionante.

La Casa Municipal Obecni Dum: A través de este monumento cultural, se pueden hacer tours bien interesantes.

La Torre Pretin: La torre de observación Petrin es como una analogía de la Eiffel, que se balancea levemente con el paso del viento. Para subir a la torre, hay peldaños de madera por la parte externa de la plataforma, y ascensor.

Restaurante Petrinske Sady:
Si de comer comida checa se trata, tienen que ir a este restaurante, que está fuera del centro de la ciudad, pero nunca tan lejos que digamos. Los precios de los platos tradicionales checos, son muy asequibles.

Moravia y el lado este: Visitar la ciudad de Brno, es una alternativa excelente. Más barata por un lado, pero sin McDonalds o Starbucks repartidos por todas partes. A cambio, tendrán muchos bares con alternativas de comida y cerveza, así como excelentes vistas desde Spilberk, la fortaleza antigua. Si no quieren caminar, hay un buen sistema de tranvía.

El Teatro y el Castillo Litomysl: El Castillo Litomysl es patrimonio mundial, con su teatro barroco de 150 asientos. La ciudad está llena de edificios renacentistas y barrocos y hay también, una antigua fábrica de cervezas en el lugar de nacimiento del compositor Smetana.

Kromeriz y Mikulov: Hacia el lado sur de Moravia, a menos de 100 kilómetros de distancia, los pueblos están unidos por rutas de senderismo donde se puede disfrutar de los viñedos que están plantados alrededor del río Morava. Por ese sector, se puede sentir el olor de los tilos en flor, ver las construcciones barrocas, los palacios y jardines, mercados y cafés.

En Kromeriz, lo mejor es pasar a comer al restaurante Radnicni, que ofrece un menú de degustación acompañado con vinos locales. El en Hotel Mikulov Templ, hay una buena opción de alojamiento y comida, además de ser un buen punto de partida para explorar los antiguos palacios de Liechtenstein Valtica y Lednice, además de la antigua zona judía de Mikulov.

Cesky Krumlov: Este lugar, es ideal para darse una escapada refrescante, aunque el trayecto en bus, desde la capital, es de tres a cinco horas. Siguiendo el río Vltava, se puede llegar a ver un imponente castillo construido sobre una roca escarpada, que ofrece impresionantes vistas de las casas medievales y las calles estrechas. En el castillo todavía conservan un teatro histórico con trajes originales que se usan para las actuaciones. Vale la pena alquilar por un par de horas a un guía multilingüe, además que no son tan caros. Por el río se puede ir a bordo de canoas incluso, serpenteando entre las aguas que circulan por la ciudad. Lo mejor es salir de paseo aprovechando las campiñas y el bosque circundante.

Salir a pie: Finalmente, salir a caminar a pie por República Checa, es buena idea, mejor todavía si llevan un mapa, que se puede conseguir fácil.

Vía/ Guardian

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