En República Checa se han descubierto más de 3.500 cuevas, en su mayoría importantes por los restos geológicos y minerales que muestran, aunque también lo son por los testimonios que han permitido rescatar una historia acerca del origen y desarrollo de la vida sobre la Tierra.

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Todas las cuevas de República Checa son áreas protegidas por ley y gestionadas por la Administración de Cuevas de República Checa.

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Estas cuevas surgieron producto de manantiales subterráneos de agua caliente que fueron dejando estos socavones naturales, todavía accesibles para visitarlos. Dentro de las cuevas se pueden ver hermosos géiser de estalagmitas, agrupaciones de cristales de aragonito y formaciones de matorrales. Muy cerca de las cuevas se puede ver el más profundo abismo del país, el Hranická Abismo, el cual se encuentra parcialmente inundado y tiene una profundidad que sobrepasa los 300 metros.

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El paisaje que presenta el abismo es impresionante y casi una invitación al suicidio. Las filosas paredes rocosas que terminan en un pozo de agua no dejan indiferente ni al más frío. Hay quienes bajan a mirar el abismo, encontrándose con la luminosidad del sol reflejada en aquella poza, pero lo cierto es que es muchísimo más interesante mirar este lugar desde las alturas para alcanzar a apreciarlo en su real magnitud.

Las rocas se visten de verde, con hermosas enredaderas que las abrigan durante todo el año, haciendo del abismo un lugar aún más peligroso, ya que no fijarse lo que hay debajo de esas engañosas plantas puede llevar a dar un paso hacia el precipicio.

Fotos: cheminfo

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