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En pleno centro de Praga, hay un hostel que ofrece tres tipos de alojamientos. Hay 2 habitaciones, dobles con su propio baño, 2 apartamentos equipados con cocina, además de su propio baño y 9 habitaciones dobles, con cocina, baño y toilette. En total este hostel tiene una capacidad de 30 camas.

Cerca del Hostel Florenc, hay varias paradas de metro y está muy cerca, caminando a pie, de la estación de tren Masaryk-A. Estar cerca de estaciones de transporte, permite movilizarse rápido y expedito a cualquier otra parte de la ciudad sin tener que caminar tanto, o incurrir en costos exagerados por taxis especiales.

Yo no soy muy partidaria de los hostels baratos, porque ya me quedé con una mala impresión una vez que alquile una habitación en una, pero no en esta de Praga, fue en otro lado. Justo en esa ocasión, que fue la última en la que estuve en un hostel, me tocó un colchón de espuma, y el calor era horrendo. Para suerte mía, la habitación aunque era compartida, no estaba ocupada por nadie más, sin embargo, en la noche, apareció un señor que venía de la habitación de al lado, con ganas de pasar al baño. La sorpresa fue enorme al ver que estaba ¡sin ropa!. Traté de no mirar y esperar a que se fuera rápido.

Otro punto que puede jugar a favor de este hostel, es que los huéspedes pueden llevar a sus mascotas, previo aviso. Es muy complicado quedarse en un hostel con una mascota, y se los digo porque pasé por esa experiencia. Hay que tener suerte para encontrar una hostel con patio, y gente de buena voluntad para entender que el animal a veces grita, chilla, igual como lo hace un bebé, con la diferencia que estos animalillos son a mi parecer, menos molestos, porque basta mantenerlos bien comidos y acompañados para que no estén gritando.

A sólo cinco minutos está el centro histórico de Praga, a quince minutos a pie la Plaza Wenceslao, y hay Wi Fi gratis, además de aparcamiento gratis.

A juzgar por las fotografías del Hostel Florenc, todo está muy limpio y prolijo, y aunque la decoración sea sencilla, todo se ve moderno y ordenado. Hostels así permiten reforzar el concepto que alojar en sitios baratos, no significa tener que dormir en un nido de pájaros, sino sólo tener que renunciar al lujo, conservando todo lo básico y esencial para dormir bien, y estar seguros.

Fotos/ Flickr (Fklv)

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