Entre todas las propuestas turísticas que nos ofrece la República Checa para pasar unas buena vacaciones, podemos destacar especialmente la de turismo acuático, con un sinfín de formaciones de agua que se encuentra inscriptas incluso en la UNESCO, gracias a la belleza que las rodea, como parte de la lista de Patrimonios de la Humanidad.
Sin ir más lejos, podemos recomendar la ruta que lleva por el río Moldava, la que ofrece para los visitantes un recorrido sin gran riesgo ya que siempre tiene el nivel de agua suficiente, pero que tampoco llega a ser peligroso. De hecho allí, el deportista náutico puede admirar como el maravilloso paisaje de Šumava, siendo el mismo prácticamente virgen.
Una vez que por el mismo camino se llega a las cuencas y estanques de la zona de Třeboň, en la Bohemia del Sur, nos encontramos ante una de las reservas de la Biósfera checas inscritas en la lista de la UNESCO, que se caracteriza por finos arreglos de las condiciones naturales originales por el hombre.
Siguiendo con el paso, podemos encontrarnos entonces con el monasterio cisterciense de Zlatá Koruna, las ruinas del castillo Dívčí Kámen, el palacio de Hluboká nad Vltavou, y los castillos Orlík y Zvíkov; entre otra serie de recintos que bien valen la pena visitar durante nuestra estadía en este país, y que el agua nos lleva a recorrer en este caso.