En medio del complejo del Castillo de Praga, se encuentra una afamada callejuela, llamada la Callejuela de Oro, repleta de pequeñas casas construidas al estilo manierista que datan de finales del siglo XVI.
Esta calle fue construida durante la construcción de la fortificación norte hacia finales del siglo XV. En 1597 el emperador Rodolfo II decidió dar ese espacio para los tiradores del castillo que protegían la fortificación, por lo que los tiradores tuvieron que construir casas muy pequeñas para ellos y sus familias. El material usado para construirlas fue piedra, barro y madera.
Además de lo pequeñas de las casas, los que las construían tenían prohibido hacer ventanas hacia el Foso Ciervo y hacerlas con el fin de venderlas o alquilarlas a otra persona.
Con el paso de las décadas, las casas se fueron destruyendo y así es como quedaron unas pocas, una de las cuales acogió al célebre Franz Kafka.
La calle recibió el nombre de Golden Lane, debido a la historia de los alquimistas que vivieron en la calle durante el reinado de Rodolfo II, que intento hacer la piedra filosofal o el elixir de la juventud, además de transformar los metales en oro. A pesar que estas historias no se basan en una historia real, se descubrió que una casa estaba habitada por un doctor en filosofía Uhle, que invirtió todo su dinero en libros antiguos de magia. El hizo experimentos en su laboratorio secreto de su casa y un día hubo una inmensa explosión, que hizo ir a los bomberos y a la gente. Se encontró el cadáver del doctor con una piedra enorme, de oro, en su mano. Nadie sabe como ingreso el oro allí. Probablemente él cumplió el sueño de muchos alquimistas.