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También conocido como “Akvavit”, estamos hablando de una de las bebidas más representativas de la República Checa, aunque puede encontrarse en muchos otros países de Europa del Este, y Central. Su nombre, que proviene del latín “agua de la vida”, y su graduación alcohólica del 40% son dos de sus elementos más distintivos.

Para prepararlo, se debe tener en cuenta que se destila al igual que el vodka, de patatas o grano, mientras que se suele aromatizar con hierbas, como la semilla de alcaravea, comino, eneldo, hinojo, cilantro y granos del paraíso. Normalmente, su tono tiene mucho que ver con el amarillento, aunque hay variantes en marrones, tanto claros, como oscuros.

Al parecer, su historia data del año 1531, cuando se escribe una carta de manos del señor danés del castillo Bergenshus, Eske Bille a Olav Engelbretsson, el último arzobispo de Noruega. En ella se ofrece este aguardiente, que aparentemente en aquella época, se creía que servía para curar cualquiera de las enfermedades existentes.

Aunque en Noruega se bebe particularmente en celebraciones, como en Navidad o el 17 de mayo, día de la constitución local, en República Checa se estima que es el sitio donde, porcentualmente, mayor cantidad de litros de esta bebida se toman, por año, por habitante.

Entre las formas de beber el Aquavit, es muy común el apurarlo de un trago, un “fondo blanco”, lo que ayuda además a pasar rápidamente su sabor algo fuerte. Muchas personas suelen tomarlo también antes o después de un cerveza, ya que ambas bebidas se complementan realmente bien.

Vía: Fondo de Olla
Imagen: Flick River

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