El Café Myšák es mejor conocido como Pastelería de Praga. Este café fue establecido en el año 1910, y está situado justo al lado de la Plaza Wenceslao. Ir a este café, va de la mano con unas vacaciones baratas en Praga, porque servirse un café y un pastelillo aquí, no es para quedar en la ruina precisamente.
Según cuenta la historia, el café se derrumbó en el 2006, pero fue reconstruido y reabierto en el año 2008. El que creó este afamado café, fue el arquitecto Jan Spacek, quien también estuvo a cargo del famoso Café Slavia en la calle Narodni.
La cafetería dispone de 3 plantas, pero es en la planta baja donde sucede la magia, porque ahí es donde se preparan los postres más ricos de Praga. Myšák era el lugar para estar en la Primera República, con invitados como el presidente, TG Masaryk y actores que son bien conocidos en la ciudad.
El interior del café, está decorado con diseños que llaman la atención de todos, por los colores blanco y negro, la iluminación cálida, los candelabros de cristal y la escalera de mármol original, que va uniendo lo antiguo con lo nuevo, y añade un sentimiento nostálgico tremendo.
La mayoría de los postres que salen de este lugar, son hechos con recetas originales, que ya tienen sus años de historia, y siguen siendo tan ricas como siempre. Hay trufas y chocolates de producción propia, así como helados de varios sabores.
Este café está en la calle Vodickova, y sigue siendo hoy, uno de los más afamados y preferidos de los sibaritas del café, igualando a los tiempos de la Primera República, cuando se juntaban allí, los famosos que lo fueron posicionando como el mejor lugar para compartir de la ciudad.
Los encargados de reconstruir este café en su momento, enfrentaron una tarea complicada, porque los únicos vestigios completos que había, eran las fotografías, que permitieron reconstruir basados en esas imágenes de antaño. Todavía se conservan en los muros, grandes fotos de la época que relatan lo que fue de este café en el pasado.
Vía/ Prague-stay