En Praga todo puede pasar. A pesar de los suburbios que se extienden por las calles llenas de una rica arquitectura, el centro de Praga siendo como siempre: un sitio repleto de calles empedradas, callejones y una masa de agujas.

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Andar en metro por ahí es fácil y los tranvías son abundantes, aunque caminar es mucho más reconfortante y nutridor que ir sobre un vehículo en esta ciudad. Un buen lugar para comenzar el recorrido por la ciudad es la Milla de Oro, que lleva desde el art deco, las confiterías municipales y palacios al otro lado del Puente de Carlos.

Por esta ruta fueron caminando las procesiones reales y también los presos que antes cumplían su fin. La mayoría de los bares de Praga están escondidos debajo de los arcos de las grandes casas que están adosadas a las paredes de estilo gótico. En Praga, siempre hay un lugar abierto, dispuesto a apagar tu sed.

Por estos días, el bar de moda es el Bar and Books, un lugar que tiene su igual en Nueva York. Este bar se ubica en pleno centro de Praga, por el casco antiguo. Su decoración es atractiva, mostrando colores rojos intensos, paredes cubiertas de libros que hacen del espacio, algo acogedor e interesante.

Para que hablar de las bebidas, que nada tienen que envidiarle a una que sirvan en el mejor bar de Londres o Nueva York. Aquí hay cócteles, vinos y whiskies, que se pueden degustar echados en un sillón mientras leen un diario. Esto es, tomarle el sabor a la vida.

Foto: flickr

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