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Una de las cuestiones siempre agradables de visitar un nuevo territorio, en este caso la República Checa, es poder probar las diferentes recetas que allí se llevan a cabo. Concretamente, con la llegada de la época de Navidad se pone de manifiesto una de las tradiciones culinarias más importantes del país, con la denominada “Vanocka”.

La Vanocka es un pan checo, cuya receta está compuesta principalmente de ingredientes como huevos y mantequilla, lo que hace que sea alta en calorías, por lo que además algunas personas lo confunden con el brioche. Sin embargo, en este caso, otros elementos como la piel de limón y la nuez moscada agregan un toque de color y sabor, siendo que hay quienes también le agregan pasas y almendras a su preparación.

En la mayoría de los casos, la Vanocka se elabora partiendo desde dos trenzas grandes, que van haciéndose cada vez más chicas, e incluso también a veces se intenta que la formación de este plato adquiera la forma de una escultura, aunque tosca, del Niño Jesús, que se encuentra envuelto en un manto, y tumbado en un pesebre.

Aunque la Vanocka es realmente sencilla de probar y seguir comiendo, por su riquísimo sabor, tiene la reputación en Checa de ser sumamente difícil de preparar para quien lo intenta por primera vez, sobre todo a raíz de que el proceso tiene asociadas supersticiones y costumbres especiales.

De hecho, la historia cuenta que a la hora de preparar una Vanocka, se debe pensar en un ser querido, mientras que otras de las costumbres indican que se debe evitar tocar la comida con plata o cualquier otro elemento de metal, y que la persona que la lleva a cabo debe dar saltos enfrente de la preparación mientras la masa toma altura.

Vía: Cocina y Vino
Imagen: Radio

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