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Ubicada en la montaña verde de la República Checa, que se conoce en este país bajo la denominación “Zelená Hora”, cerca de la frontera entre Bohemia y Moravia, esta catedral es considerada la obra maestra de Jan Santini Aichel, uno de los más trascendentes arquitectos europeos, que aquí presenta una extraña contraposición de los estilos gótico y barroco.

Hay que destacar respecto a este sitio, que cuando la iglesia católica declaró la lengua de Juan Nepomuceno incorruptible, comenzaron en la región los planes para el levantamiento de un recinto que pudiera albergar a los fieles, y que le fuera consagrado a este santo, siendo que allí había sido el sitio donde él mismo recibió su educación inicial siendo un joven.

Tras la beatificación de San Juan Nepomuceno en el año 1720, se dio pie a las obras que prosiguieron durante siete años, aunque el edificio se vio fuertemente afectado medio siglo más tarde, cuando un voraz incendio destruyo buena parte de sus espacios altos, sobre todo teniendo incidencia en el techo de la basílica.

Tampoco se puede dejar de mencionar que esta iglesia, que cuenta con la mayor parte de su mobiliario diseñado por el propio Santini, llama la atención de los turistas e historiadores por sus características góticas y su complejo simbolismo, absolutamente inusual en esa época. Tal vez por todas estas razones, es que la UNESCO lo declaró Patrimonio de la Humanidad en el año 1993.

Vía: Czech Tourism
Imagen: Mi Nube

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