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En el centro de Praga, está el Hotel Augustine, que puede ser descrito como uno de esos hoteles donde se junta parte de la historia del lugar, además de ser un reflejo de lo más bello que le rodea, como el majestuoso Castillo de Praga, el Jardín de Wallestein y el famoso Puente de Carlos.

Los interiores del hotel, tienen un diseño elegante, que acompaña la esencia de las 101 habitaciones, que incluyen 16 suites. El hotel se hizo a partir de 7 edificios diferentes, varias de las cuales tiene su historia, como por ejemplo, el Monasterio Agustino de Santo Tomás, que data del siglo XIII y da origen al nombre del hotel. Todas estas maravillas del diseño, podrían ser mucho mejor si se consiguieran junto a un programa de vacaciones baratas en Praga, lo que es posible si se busca lo suficiente y con el suficiente anticipo…el único problema es que hasta para buscar a veces el tiempo de los viajeros escasea.

En el edificio que era el antiguo monasterio, todavía se ven varios frailes que llegan a realizar su práctica habitual en los jardines del hotel. Los que son huéspedes del hotel, pueden entrar directo al jardín y a la iglesia de Santo Tomás, además de que pueden alquilar los exclusivos jardines adyacentes para eventos de verano o celebrar alguna boda.

Hay quienes dicen que el diseño ni la elegancia no es lo que importa cuando se aloja en un hotel, sin embargo, yo insisto en que eso afecta de sobremanera el estado anímico de cualquiera. En este hotel, algo inspirador para cualquier visitante, es ver como transcurre un rato de la tarde desde alguna de las ventanas que tienen las habitaciones.

Hay una suite que está justo en la torre astronómica del monasterio. Todas las habitaciones tienen accesorios decorativos que datan de comienzos del siglo XX. El cubismo checo se respira por todas partes dentro del hotel.

El restaurante Lichfield tiene 90 cubiertas y un gran patio que da al aire libre. Este patio es ideal para estar en los meses de verano. Hay dos bares, uno en altura y otro en un sótano. El bar del sótano antes era una fábrica de cerveza, donde se pueden ver estalactitas y estalagmitas del siglo XVII.

Para relajarse, hay un spa en el hotel, que tiene 4 salas de tratamiento, sauna, baño de vapor, zona de relajación y un gimnasio equipado. Hay unos tours especiales que se dan por la biblioteca privada del monasterio.

El Hotel Augustine ya tiene a su haber, varios premios, que se atribuyen a la excelencia de su restaurante, el Lichfield, y incluso a su diseño, que fue elegido como el mejor diseño interior del año.

Vía/ Theaugustine

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